El dogma de la Inmaculada Concepción.
El dogma de la Inmaculada Concepción de la Virgen María fue decretado por la Iglesia Católica en 1854, por el Papa Pío IX, con la bula Ineffabilis, por la cual se establece que la Virgen María fue preservada de toda mancha de pecado ya desde su concepción "en atención a los méritos de Cristo Jesús, Salvador del género humano", su hijo. Es decir, por su acción redentora universal.
El pecado original, de Miguel Ángel (Capilla Sixtina)
La consideración de que María estaba libre de pecado desde su concepción se había ido estableciendo poco a poco en la liturgia y en la teología. Por ello, este Papa tomo dicha decisión generada por una gran demanda solicitada por los creyentes desde principios del siglo XIX sobre el asunto de la liberación de la Virgen del pecado originado en el Edén por Adán y Eva y heredado por todos sus descendientes. <<Y pondré hostilidad entre tú [la serpiente] y la mujer, y entre tu descendencia y la descendencia de ella. Su descendiente te golpeará la cabeza, y tú le golpearás el talón>>.
En 1661, el Papa Alejandro VII, en la bula Sollicitudo, consideraba la preservación del alma de María "en el primer instante de su creación e infusión en el cuerpo" (DS, 2.017).
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Papa Alejandro VII
Papa Pio IX.
Pio IX consultó sobre el asunto a los 604 obispos, de los cuales la gran mayoría opinó positivamente. Creó una comisión especial de teólogos, para certificar la doctrina revelada. Esta otorgó un papel esencial a la forma de actuar del clero, influyendo este criterio en el establecimiento del dogma, atribuyendo una mayor importancia a la tradición cristiana, sus expresiones, su culto y su fe, que a las determinaciones escolásticas.
Así, finalmente, Pio IX proclamó por medio de la bula Ineffabilis, solemnemente el dogma de la Inmaculada Concepción: "...Declaramos, proclamamos y definimos que la doctrina que sostiene que la santísima Virgen María fue preservada inmune de toda mancha de la culpa original en el primer instante de su concepción por singular gracia y privilegio de Dios omnipotente, en atención a los méritos de Cristo Jesús, Salvador del género humano, está revelada por Dios y debe ser, por tanto, firme y constantemente creída por todos los fieles" (DS, 2.803).
De este modo, teniendo en cuenta este dogma, se refuerza lo establecido por el Papa Alejandro VII. No obstante prescinde de cualquier explicación sobre el modo de infusión del alma en el cuerpo y concede a María, desde el mismo momento inicial de su concepción, ser preservada de toda mancha de la culpa o pecado original. Esto se reafirma con lo que expresa el arcángel Gabriel al dirigirse a María: <<llena de gracia>> (Gratia Plena), lo cual se reza en la oración del Ave María dirigida a la Virgen, madre de Jesús, Dios hijo hecho hombre.
La festividad de la Inmaculada Concepción se celebra el 8 de diciembre ya que es nueve meses antes de la celebración de la "Natividad de la Virgen", el 8 de septiembre.
Escultura de la Inmaculada Concepcion. Capilla del Círculo Católico de Obreros de Burgos.
¿Por qué se celebra en España la Inmaculada Concepción como fiesta nacional?
El milagro de Empel, Augusto Ferrer Dalmau, 2015.
Para encontrar la respuesta hemos de viajar en el tiempo hasta finales del siglo XVI. Concretamente a la Batalla de Empel, que se conoce como el Milagro de Empel, la cual tuvo lugar durante los días 7 y 8 de diciembre de 1585 durante la Guerra de los Ochenta Años. En ella un Tercio del ejército español, el Tercio Viejo de Zamora, que estaba comandado por el maestre de campo Francisco Arias de Bobadilla, se enfrentó a una flota de cien barcos, a los cales derrotó pese a las adversas condiciones que generaban los rebeldes de los Estados Generales de los Países Bajos.
Las crónicas cuentan que el Tercio del Ejército dirigido por el Maestre de Campo Francisco Arias de Bobadilla, se encontraba en combate en la isla de Bommel, la cual se hallaba cercada por los adversarios. La situación era crítica ya que el asedio estaba diezmando los víveres y las <<ropas secas>>. Ante esto el ejercito contrario les propuso una rendición honrosa, pero la respuesta del Mestre fue rotunda: <<Los infantes españoles prefieren la muerte a la deshonra. Ya hablaremos de capitulación después de muertos>>
Batalla de Empel, por Frans Hogenberg, 1585.
Los rebeldes, ante la negativa de rendición del ejército español abrieron los diques de los ríos para inundar el campamento español, recurso habitual durante esta guerra. Los españoles no tuvieron más remedio que refugiarse en el montecillo de Empel, ya que era el único trozo de tierra firme no inundada. Allí arriba, un soldado del Tercio, mientras cavaba una trinchera, encontró una tabla flamenca en la que estaba dibujada la Virgen María.
Construyeron un sencillo altar de piedras y barro, colocando en él la pintura y una bandera española con la cruz de San Andrés para venerarla. El Maestre Bobadilla consideró este hecho como una muestra de la protección divida de la Virgen y, encomendándose a la Inmaculada Concepción, ordenó a los soldados españoles salir a luchar. Como lo relata Alonso Vázquez: <<Este tesoro tan rico que descubrieron debajo de la tierra fue un divino nuncio del bien, que por intercesión de la Virgen María, esperaban en su bendito día.”
Durante esa noche, y de manera extraordinaria, un viento helador congeló el río Mosa, gracias a lo cual el ejército español pudo, caminando sobre el hielo, atacar, en el amanecer del 8 de diciembre, al ejercito enemigo por sorpresa, ganando la batalla gracias a la intercesión divina de Dios, o como Bobadilla dijo: <<Tal parece que Dios es español al obrar tan grande milagro>>.
Ese día y en ese lugar, la Inmaculada Concepción fue proclamada patrona de los Tercios de Flandes e Italia. Tras la redacción de la bula Ineffabilis Deus del 8 de diciembre de 1854 en la que se proclama como dogma de fe católica la Concepción Inmaculada de la Virgen Santísima, el 12 de noviembre de 1892, se declara, a solicitud del Inspector del Arma de Infantería del Ejército de Tierra español, por real orden de la Reina Regente Dª María Cristina de Habsburgo, se declaró Patrona del Arma de Infantería a Nuestra Señora la Purísima e Inmaculada Concepción.
Ermita en el monte de Empel.
La Inmaculada Concepción y el Círculo Católico de Obreros de Burgos.
En el Reglamento del Círculo Católico de Obreros de Burgos del año 1908 ya figura la Juventud Católico-Social Obrera como Obra filial. Además, el reglamento indica que esta y <<todas las
obras citadas [en el reglamento] están ya establecidas y funcionan satisfactoriamente.>>
Por tanto, Burgos, gracias a nuestro Círculo Catolico de Obreros, se adelantó a los grandes movimientos organizadores nacionales, como ya previamente había ocurrido con el propio Círculo.
Petronila Casado, la "Cieguecita"
Acción Católica, 01-01-1946, Archivo Municipal de Burgos
También dentro del Círculo, al menos todos sus miembros (hombres y mujeres) pertenecían al Círculo, surge dentro de esta la AC (Acción Católica), a partir delas Bases de Reig de 1926 y por la propuesta del Consiliario Nacional de AC (Acción Católica) de construir Juventudes Católicas Obreras.
Esta Juventud del Círculo promovió ciertas iniciativas de importancia para el propio Círculo, como es el caso de la publicación que realizaba cada quince días en el periódico "El Castellano", la cual hacía las veces de la hoja informativa que hoy conocemos, ya que el Círculo carecía de publicación propia.
Esta hoja J.O.C. vio su primera publicación en la quinta plana de dicho periódico con motivo de la festividad de la Inmaculada Concepción, la cual ya figuraba establecida como su patrona. De esta forma, el 7 de diciembre de 1933 comenzó la ininterrumpida vida de esta "hoja", la cual desapareció definitivamente en el año 1937, cuando el propio periódico dejó de publicarlas a causa, decía, de la escasez de papel en España como consecuencia de la invasión y dominio por las tropas franquistas.
Inmaculada Concepción, Círculo Católico de Obreros de Burgos
Calle Concepción, 08-06-1957, Foto Villafranca, Archivo Municipal de Burgos
Tanto la Juventud del Círculo como su patronazgo de la Inmaculada Concepción, se han ido manteniendo casi hasta nuestros días. El fuerte protagonismo que la Juventud del Circulo ha tenido en este y en la labor sindical, la fiesta de la inmaculada, poco apoco a ido tomando una importancia cada vez mayor en la vida social del Círculo y sus socios. El propio Colegio tomaba tal celebración como propia al acudir en pleno con todos sus alumnos. En dicha celebración participaba la banda de música del Círculo (hoy Círculo Musical Burgos) y la Schola Cantorum del Círculo. Es rememorada la gran foto que cada año, después de la Eucaristía en la Catedral, se realizaba con todos los participantes
Pero la fiesta iba más allá. Desde la víspera comenzaban los denominados "auroros". El Círculo transmitía su fiesta por toda la ciudad de Burgos. La Banda de música, en la tarde-noche del 7 de diciembre, recorría las calles de la ciudad interpretando retretas y otras marchas para las autoridades, religiosas, civiles y militares, así como canciones navideñas y villancicos para los ciudadanos.
En el amanecer del día de la Inmaculada Concepción, la rondalla del Círculo (posteriormente fue la masa coral y el grupo de danzas) se encargaba de cantar los "auroros" en las calles y barriadas obreras del Círculo.
La Inmaculada Concepción y
la bandera de la Unión Europea.
La bandera de la Unión Europea fue diseñada por el pintor de Estrasburgo Arsène Heitz, quien participó en 1950 en un concurso para elegir la bandera del Consejo de Europa. La bandera fue aprobada el 8 de diciembre d 1955.
El Parlamento Europeo aprobó en 1983 y os Jefes de Estado y Gobierno de la Unión Europea la adoptaron como emblema de la institución en 1985. Desde 1986 es utilizada por todas las instituciones europeas.
La Milagrosa, la bandera europea y Arsène Heitz
Arsene Heitz, hombre de profundas convicciones religiosas marianas, explicó que en la época que realizó el diseño había leído la historia de las apariciones de la Virgen en París, y ello le llevó a pensar en doce estrellas en círculo sobre fondo azul, la iconografía tradicional con la que se representa a la Inmaculada Concepción de María.
En su mente, según dijo, estaba presente lo que San Juan había escrito en el capítulo doce del Apocalipsis: “Y apareció en el cielo una gran señal: una mujer resplandeciente, como vestida por el sol, y la luna bajo sus pies, y en su cabeza una corona de doce estrellas”. No deja de ser curioso que, de forma intencionada o casual, los representantes del Consejo de Europa aprobaron el diseño de Heitz precisamente el 8 de diciembre, festividad de la Inmaculada Concepción de María.
No obstante, al parecer, el Consejo de Europa no tuvo en cuenta esta inspiración y remarcó que las doce estrellas eran por la plenitud de ese guarismo.
La Unión Europea dice en su página web que “la bandera europea simboliza tanto la Unión Europea como, más ampliamente, la identidad y la unidad de Europa”. Afirma que “las estrellas representan los ideales de unidad, solidaridad y armonía entre los pueblos”. Además, recalca que a diferencia de la bandera de Estados Unidos “el número de estrellas no tiene nada que ver con el número de países de la UE, aunque el círculo sí es un símbolo de la unidad”.
