¿Quién es Papá Noel y de dónde viene realmente?

Papá Noel, Santa Claus, viejo papá de la Navidad o viejito pascuero son algunos de los nombres como se le conoce a este entrañable personaje que tan generoso regala en la noche de Navidad juguetes a niños y no tan niños tras leer con esas pequeñas gafas que con ligereza deja descansar sobre su nariz esas cartas cariñosas de los niños pidiéndole sus juguetes más deseados.
Las tramas de las películas navideñas y la televisión parecen insistir en el origen estadounidense de la figura de Papá Noel y su tradición. Si bien en la cultura norteamericana está muy presente la figura de Santa Claus no tiene origen en aquellas tierras y no nos referimos a que se sitúe el taller de este anciano de frondosa barba blanca, bigote resultón y pobladas blancas cejas en las heladas tierras de la Laponia, si no que nos referimos al origen de la leyenda en sí.
Este personaje está basado en el obispo cristiano Nicolás, de origen griego y que nació alrededor del año 280 en Patara (Licia) y vivió en el siglo IV en Anatolia (actualmente Turquía) donde fue obispo de Myra. Nos referimos a San Nicolás de Myra, que en Occidente lo conocemos como San Nicolás de Bari. En nuestra ciudad de Burgos, junto a la Catedral en su parte alta, tenemos una iglesia dedicada a este querido Santo.

El obispo San Nicolás de Myra. Su vida y milagros.
De su vida real comienza a formarse la leyenda que después se transformará en el personaje navideño. Nació en una familia adinerada y ya desde pequeño se observaba en él su personalidad generosa y piadosa. Antes de ser obispo, a la muerte de sus padres, decidió repartir toda su fortuna entre los más necesitados. En su fisonomía ya era característica su barba y al ser encarcelado por un decreto del emperador Licinio contra los cristianos, le fue quemada su barba, posteriormente fue puesto en libertad por el emperador Constantino.

Su dulzura lograba fervientes y verdaderas conversiones, pero, aún con avanzada edad, no dudaba en mostrarse firme y contundente cuando se trataba de defender a los débiles de las malas actuaciones de los más poderosos.
Murió en Myra el 6 de diciembre del 343, donde fue enterrado, pero posteriormente, tras la conquista musulmana, sus restos fueron trasladados a la ciudad de Bari.
Los numerosos milagros que se le atribuyen han ido acrecentando la leyenda de Santa Claus. Enumeraremos algunos de ellos.

Siendo joven, se dice que en la ciudad de Patara vivía un hidalgo con sus tres hijas, el cual cayó en la más absoluta miseria, viéndose obligado a dedicar a sus hijas, hermosas y honestas según la leyenda, a la prostitución. Nicolás se compadeció de esta familia, por lo que llenó de oro tres zapatos (en otros casos se dicen que fueron bolsos) y durante tres noches los echó por la ventana de la habitación del desdichado hidalgo, solucionando satisfactoriamente de este modo la situación y destino de la familia y las tres hijas.
Otra versión de esta historia dice que dejó caer las monedas por la chimenea, las cuales cayeron dentro de unas medias de lana que las jóvenes tenían colgadas para secarlas a la lumbre. ¿No os suena esto de las medias o calcetines navideños que se llenan de caramelos o regalos? Por este motivo se le suele representar a este santo con tres monedas de oro en la mano.


San Nicolás de Bari. Anónimo. Museo Del Prado
Otros milagros han hecho crecer la leyenda de ser el santo de los niños. Así se le atribuye la resurrección, por su intercesión, de tres niños que murieron al instante de caerse de un árbol. Otro milagro que se le atribuye es el de interceder en la resurrección de otros tres niños que fueron sacrificados por el dueño de un “restaurante” para dar de comer a los comensales. Esto hace que se le represente junto a tres niños dentro de una marmita.
También se dice que salvó la vida de tres generales que fueron injustamente condenados a muerte.
Otro milagro es el de calmar la tempestad tras la invocación de su protección por unos marineros: <<Oh Dios, por las oraciones de nuestro buen Obispo Nicolás, sálvanos>>. Estos vieron aparecer al Santo sobre el barco e inmediatamente cesó la tempestad.
También se le reconoce un milagro ocurrido durante la Segunda Guerra Mundial por el que, durante un bombardeo sobre la ciudad de Bari, una mujer, fruto del desconcierto y desesperación de la gente, perdió a su hijo, el cual apareció sano y salvo junto a la puerta de su casa unas horas más tarde. Curiosamente, el niño contó que un señor le ayudó y le llevó hasta casa protegiéndolo, describiendo a dicho señor con las características de San Nicolás.
San Nicolás en Burgos
Si un día vais a la iglesia de este Santo, o si paseáis por la calle Fernán González y decidís deteneros ante esta iglesia, fijaros en las puertas de acceso. En ellas podemos observar talladas dos de las obras que se le atribuyen. Son concretamente las del hidalgo y sus hijas que cayeron en la miseria y fueros ayudados por San Nicolás y la del milagro de los niños resucitados que fueron matados para dar de comer en una casa de comidas.




No dudéis en entrar dentro de esta preciosa iglesia. Buscad en su maravilloso retablo sus milagros esculpidos.




San Nicolás en la cultura navideña
Ahora solo nos queda saber como de este obispo se ha llegado a la actual imagen de Papá Noel o Santa Claus.
El nombre que le damos en España viene de la adaptación del nombre francés “Père Noël“, cuya traducción directa es “Papá Navidad”. En el mundo anglosajón se le conoce como Santa Claus, Santas o Father Christmas.

Está claro que esa profunda protección a los niños que ofrecía San Nicolás y su enorme generosidad compartiendo todo lo que tenía con los más necesitados es lo que ha llevado a que sea quien en la noche de Navidad lleve a los niños los regalos a sus casas mientras duermen.
La imagen del obispo de Bari se ha ido modificando en el entorno popular navideño hasta llegar a la imagen que hoy en día tenemos del personaje de Papá Noel. Se considera que el principal cambio sucedió cuando, en torno al año 1624, los inmigrantes holandeses fundaron la ciudad de Nueva York ( en aquel momento con el nombre de Nueva Ámsterdam). Estos, llevaron sus tradiciones y creencias. Una de ellas era su patrono Sinterklass. La festividad se celebra en Holanda entre el 5 y el 6 de diciembre. De esta forma este Santo queda impreso en la cultura de los Estados Unidos.

El escritor Washington Irving escribió, en 1809, la sátira “Historia de Nueva York”, en la cual plasmó la correspondiente a Sinterklass, pero deformando su escritura en la vulgar pronunciación anglosajona “Santa Claus”.
En 1823, el poeta Clement Clarke Moore publicó el poema en el cual literaturizó la actual Santa Claus y su leyenda de los regalos y el trineo. Lo definió, <<aunque gordo, ágil como un duende; que regala juguetes a los niños en la víspera de Navidad y se transporta en un trineo tirado por ocho renos>>.

En 1863, el dibujante alemán Thomas Nast lo dibujó para sus tiras navideñas en Harpers’s Weekly, otorgándole su aspecto de gordo bonachón con su poblada y grande barba. Se basó en las vestimentas de los obispos de épocas antiguas para vestir al nuevo San Nicolás.
Viejo Padre Navidad en un libro estadounidense - 1855
En la segunda mitad del siglo XIX Santa Claus vuelve a Europa, entrando por la cultura inglesa, llegando a Francia, donde se encontró con “Bonhomme Noël” (Buen hombre de la Navidad) con quien compartía parecido físico, aunque distintos ropajes. El francés vestía de blanco y vivos dorados.

Dibujo de Santa Claus, Thomas Nast - 1881

Dibujo de Papá Noel en Japón - 1914
Fue después, a finales del siglo, cuando se crea la leyenda de que Papá Noel viene del Polo Norte. La responsable de esto fue la campaña publicitaria de la compañía estadounidense Lomen Company, lo que hizo que tomara mayor firmeza el transporte en trineo tirado por renos. Posteriormente se dará protagonismo a uno de todos ellos, a Rudolf (Rodolfo), el reno de la nariz roja.


A lo largo de su historia, entre 1800 y 1900, Santa Claus ha vestido colores diferentes al rojo. Incluso el verde era el más común de todos ellos.
Pese a que hay quien dice que fue Coca-Cola quien creó la imagen de Santa Claus, hemos podido comprobar que no es así. Si bien sí es cierto que esta compañía aprovechó los colores característicos de Santa Claus relacionándolos con los de su propia marca los cuales coincidían. De esta forma, con sus fuertes campañas publicitarias se reafirmó el color rojo de Papá Noel y quedando para el recuerdo el uso de otros colores.
Feliz Navidad
