
Adviento - Tiempo de preparación. Tiempo de espera a la llegada de Jesús.
Datos tomados de wikipedia

El Adviento (en latín: adventus Redemptoris, ‘venida del Redentor’) es el primer período del año litúrgico cristiano, y consiste en un tiempo de preparación espiritual para la celebración del nacimiento de Cristo. Su duración suele ser de 22 a 28 días, dado que lo integran necesariamente los cuatro domingos más próximos a la festividad de la Natividad (celebración litúrgica de la Navidad), el primer domingo de Adviento marca el inicio de la Temporada Navideña oscilando entre el 27 de noviembre y el 3 de diciembre, el segundo domingo de Adviento oscila entre el 4 de diciembre y el 10 de diciembre, el tercer domingo de Adviento, también conocido como Gaudete oscila entre el 11 de diciembre y el 17 de diciembre y el cuarto domingo de Adviento oscila entre el 17 de diciembre siendo la semana más larga y el 24 de diciembre siendo la más corta.
Los fieles cristianos consideramos al Adviento como un tiempo de oración y de reflexión caracterizado por la espera vigilante —es decir, tiempo de esperanza y de vigilia—, de arrepentimiento, de perdón y de alegría.


Primer Domingo de Adviento
Oración en familia:
Tomado de aciprensa.com
Entre los integrantes de la familia se debe escoger a un lector especial, así como a un monitor principal (guía), que puede ser el papá o la mamá, y seguir la oración que se presenta a continuación:
TODOS: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
MONITOR: Nuestro auxilio es el nombre del Señor.
TODOS: Que hizo el cielo y la tierra.

MONITOR: Comenzamos un nuevo año litúrgico con el tiempo de Adviento, tiempo de preparación y espera. Encender, semana tras semana, los cuatro cirios de esta corona debe ser un reflejo de nuestra gradual preparación para recibir al Señor Jesús en la Navidad. Las luces de las velas nos recuerdan que Él es la Luz del mundo que ha venido a disipar las tinieblas. El color verde de la corona simboliza la vida y la esperanza que Él nos ha venido a traer.
LECTOR: Lectura tomada del libro del profeta Isaías: "Levántate, brilla, Jerusalén; que llega tu luz y la gloria del Señor amanece sobre ti. Pues mira cómo la oscuridad cubre la tierra, y espesa nube a los pueblos, mas sobre ti amanece el Señor y su gloria sobre ti aparece".
MONITOR: (Con las manos juntas) Nos recogemos unos instantes en silencio e inclinando nuestras cabezas vamos a pedir que el Señor bendiga esta corona de Adviento.
Oremos.
La tierra, Señor, se alegra en estos días, y tu Iglesia desborda de gozo ante tu Hijo, el Señor Jesús, que se avecina como luz esplendorosa, para iluminar a los que yacemos en las tinieblas, de la ignorancia, del dolor y del pecado. Lleno de esperanza en su venida, tu pueblo ha preparado esta corona con ramos del bosque y la ha adornado con luces.

Ahora, pues, que vamos a empezar el tiempo de preparación para la venida de tu Hijo, te pedimos, Señor, que, mientras se acrecienta cada día el esplendor de esta corona, con nuevas luces, a nosotros nos ilumines con el esplendor de Aquel que, por ser la Luz del mundo, iluminará todas las oscuridades.
Te lo pedimos por Él mismo que vive y reina por los siglos de los siglos.
TODOS: Amén.

MONITOR: Vamos a encender ahora la primera vela de nuestra corona mientras cantamos la primera estrofa del canto “Hoy se enciende una llama” (o también puede ser algún canto apropiado).

Hoy se enciende una llama en la corona de Adviento
que arda nuestra esperanza en el corazón despierto
y al calor de la Madre caminemos este tiempo.
1.- Un primer lucero se enciende anunciando al Rey que viene
preparad corazones allánense los senderos.
Hoy se enciende una llama en la corona de Adviento
que arda nuestra esperanza en el corazón despierto
y al calor de la Madre caminemos este tiempo.
TODOS: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Segundo Domingo de Adviento
Oración en familia:
Este domingo se enciende la segunda vela de la Corona de Adviento como signo de la preparación interior que cada uno realiza para recibir a Jesús con un corazón reconciliado. Aquí la Oración Familiar para encender la segunda vela y pedir al Señor que venga al hogar.
Se recomienda poner en un lugar especial la corona de Adviento con alguna imagen de la Virgen, crear un ambiente de recogimiento con poca luz, nombrar a un lector especial, así como a un monitor principal, que puede ser el papá o la mamá, y seguir la oración que se presenta a continuación.
TODOS: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
MONITOR: Vamos a encender la segunda vela de nuestra corona. El Señor está cada vez más cerca de nosotros y debemos prepararnos dignamente para recibirlo en nuestros corazones. Hagamos un momento de silencio para elevar nuestra oración al Señor.

LECTOR: Lectura tomada del Evangelio según San Lucas:
"En el año quince del imperio de Tiberio César, siendo Poncio Pilato procurador de Judea, y Herodes tetrarca de Galilea; Filipo, su hermano, tetrarca de Iturea y de Traconítida, y Lisanias tetrarca de Abilene; en el pontificado de Anás y Caifás, fue dirigida la palabra de Dios a Juan, hijo de Zacarías, en el desierto. Y se fue por toda la región del Jordán proclamando un bautismo de conversión para perdón de los pecados, como está escrito en el libro de los oráculos del profeta Isaías: Voz que clama en el desierto: Preparad el camino del Señor, enderezad sus sendas; todo barranco será rellenado, todo monte y colina será rebajado, lo tortuoso será recto y las asperezas serán caminos llanos. Y todos verán la salvación de Dios".

MONITOR: Debemos preparar el camino del Señor y esto nos exige estar preparados interiormente para la venida de Jesús, para que lo recibamos con un corazón reconciliado, cada vez más convertido y transformado, capaz de amar y entregarse a los demás. Hagamos un compromiso concreto para esta semana que nos ayude a disponernos cada vez mejor para su venida. (Se deja un momento de silencio)
MONITOR: Mientras encendemos la segunda vela de nuestra corona cantemos:
HOY SE ENCIENDE UNA LLAMA (u otro canto apropiado)
(Una persona enciende la segunda vela mientras se entona el canto, de ser posible durante la segunda estrofa).

Hoy se enciende una llama en la corona de Adviento
que arda nuestra esperanza en el corazón despierto
y al calor de la Madre caminemos este tiempo.
1.- Un primer lucero se enciende anunciando al Rey que viene
preparad corazones allánense los senderos.
Hoy se enciende una llama en la corona de Adviento
que arda nuestra esperanza en el corazón despierto
y al calor de la Madre caminemos este tiempo.
2.- Crecen nuestros anhelos al ver la segunda llama nacer
como dulce rocío vendrá el Mesías hecho Niño.
Hoy se enciende una llama en la corona de Adviento
que arda nuestra esperanza en el corazón despierto
y al calor de la Madre caminemos este tiempo.
MONITOR: Elevemos ahora nuestras peticiones a Dios Padre y respondamos a cada una de ella: VEN SEÑOR JESÚS.
LECTOR: Te pedimos, Padre, por nuestra Santa Iglesia Católica que se prepara para la venida de tu Hijo, para que siempre tengamos fijos los ojos en Aquél que nos trae la reconciliación.
VEN SEÑOR JESÚS
Te rogamos por la paz en el mundo, para que en este tiempo de Adviento se viva con mayor intensidad el amor y la solidaridad.
VEN SEÑOR JESÚS
Te pedimos, Padre, por cada uno de nosotros, para que hagamos esfuerzos por caminar al encuentro del Señor Jesús, que es la "Luz del Mundo".
VEN SEÑOR JESÚS
Te rogamos también por nuestra familia, para que a ejemplo de la familia de Nazaret vivamos el amor mutuo y nos preparemos para la venida de tu Hijo.
VEN SEÑOR JESÚS
Te pedimos que Santa María aliente nuestros pasos en este Adviento, y sea Ella quien nos enseñe a crecer en confianza y esperanza en la venida del Reconciliador.
VEN SEÑOR JESÚS
(Se pueden añadir otras peticiones)
MONITOR: Acudamos a nuestra Madre para que nos obtenga abundantes gracias que nos ayuden a prepararnos, de la misma manera como Ella lo hizo, para recibir al Señor Jesús.
Recemos juntos un Ave María.
MONITOR: Madre de la Esperanza…
TODOS: Ruega por nosotros.
TODOS: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
MONITOR: Acudamos a nuestra Madre para que nos obtenga abundantes gracias que nos ayuden a prepararnos, de la misma manera como Ella lo hizo, para recibir al Señor Jesús. Recemos junto un Ave María. Terminemos este momento de oración cantando LOS CIELOS Y LA TIERRA.


LOS CIELOS Y LA TIERRA EN TI SE ENCONTRARÁN,
MARÍA, DULCE ABRAZO QUE EL HOMBRE Y DIOS SE DAN.
1. Las viejas profecías que hablaban del Señor
nutrían la esperanza de Israel:
la flor que nacería de tierra virginal,
un Hijo que sería el Emmanuel.
2. Quien hizo las estrellas al Ángel te envió,
que fueras Madre suya te pidió.
Dios Todopoderoso no quiso renunciar
al gozo de acunarse en tu querer.
3. Los magos y pastores que fueron al portal
hallaron en tus brazos a Jesús.
Sabemos que a tu lado lo vamos a encontrar
lo mismo en la alegría que en la Cruz.
MONITOR: Madre de la Esperanza…
TODOS: Ruega por nosotros.
TODOS: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Tercer Domingo de Adviento
Oración en familia:
Este Tercer Domingo de Adviento se suele encender la vela rosada de la Corona de Adviento porque se preanuncia ya la alegría mesiánica de que está cada vez más cerca el día de la venida del Señor.
Compartimos una liturgia familiar (oración) para encender la tercera vela.
Se recomienda poner en un lugar especial la corona de Adviento con alguna imagen de la Virgen, crear un ambiente de recogimiento con poca luz, nombrar a un lector especial, así como a un monitor principal, que puede ser el papá o la mamá. Para iniciar la oración, la primera y segunda vela deben estar encendidas.
TODOS: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
MONITOR: Estamos ya en la tercera semana de Adviento: aumenta nuestra alegría y nuestro júbilo por la venida del Señor Jesús, que está cada vez más cerca de nosotros. Empecemos nuestra oración cantando VEN PRONTO SEÑOR (u otro canto apropiado).


1. ¡Oh Pastor de la Casa de Israel!,
trae a tu pueblo la ansiada salvación.
Verbo Eterno de la boca del Padre,
fuiste anunciado por labios de profeta.
¡VEN PRONTO, SEÑOR!
¡LLEGA, OH SALVADOR! (2v)
¡VEN, SEÑOR JESÚS!
¡VEN, LIBERADOR!
¡CIELOS, LLOVED VUESTRA JUSTICIA!
¡ÁBRETE, TIERRA,
HAZ GERMINAR AL SALVADOR! (2v)
2. El clamor de los pueblos se levanta.
Hijo de David, las naciones te esperan.
Queremos la llegada de tu Reino.
Ven a liberar del pecado a los pueblos.
3. Emmanuel, Salvador de las naciones,
eres esperanza del pueblo peregrino.
Sol naciente, esplendor de la justicia,
Tú nos salvarás con tu brazo poderoso.
4. Esperanza de una Mujer humilde:
Ella es la Virgen que pronto dará a luz.
Silenciosa, espera al Salvador:
llega ya la hora de la liberación.

MONITOR: Vamos a encender la tercera vela de nuestra corona de Adviento. El Señor está más cerca de nosotros y nos ilumina cada vez más. Abramos nuestro corazón, que muchas veces está en tinieblas, a la luz admirable de su amor.
LECTOR: Lectura tomada del Evangelio según San Lucas:
"La gente le preguntaba: "Pues ¿qué debemos hacer?"
Y él les respondía: "El que tenga dos túnicas, que las reparta con el que no tiene; el que tenga para comer, haga lo mismo". Vinieron también publicanos a bautizarse, y le dijeron: "Maestro, ¿qué debemos hacer?"
Él les dijo: "No exijáis más de lo que os está fijado". Preguntáronle también unos soldados: "Y nosotros ¿qué debemos hacer?"
Él les dijo: "No hagáis extorsión a nadie, no hagáis denuncias falsas, y contentaos con vuestra soldada".
Como el pueblo estaba a la espera, andaban todos pensando en sus corazones acerca de Juan, si no sería él el Cristo; respondió Juan a todos diciendo: "Yo os bautizo con agua; pero viene el que es más fuerte que yo, y no soy digno de desatarle la correa de sus sandalias. Él os bautizará en Espíritu Santo y fuego. En su mano tiene el bieldo para limpiar su era y recoger el trigo en su granero; pero la paja la quemará con fuego que no se apaga".
Y, con otras muchas exhortaciones, anunciaba al pueblo la Buena Nueva".
MONITOR: Vamos a encender la tercera vela de nuestra corona. Cantemos
HOY SE ENCIENDE UNA LLAMA (u otro canto apropiado)


Hoy se enciende una llama en la corona de Adviento
que arda nuestra esperanza en el corazón despierto
y al calor de la Madre caminemos este tiempo.
1.- Un primer lucero se enciende anunciando al Rey que viene
preparad corazones allánense los senderos.
Hoy se enciende una llama en la corona de Adviento
que arda nuestra esperanza en el corazón despierto
y al calor de la Madre caminemos este tiempo.
2.- Crecen nuestros anhelos al ver la segunda llama nacer
como dulce rocío vendrá el Mesías hecho Niño.
Hoy se enciende una llama en la corona de Adviento
que arda nuestra esperanza en el corazón despierto
y al calor de la Madre caminemos este tiempo.
3.- Nuestro gozo hoy quiere cantar por ver tres luceros brillar
con María esperamos al Niño con alegría.
Hoy se enciende una llama en la corona de Adviento
que arda nuestra esperanza en el corazón despierto
y al calor de la Madre caminemos este tiempo.
MONITOR: Acudamos ahora a Santa María, que colaborando con el Plan del Padre permitió que la luz del Señor ilumine a la humanidad, y pidámosle que siga intercediendo por nosotros en este tiempo de preparación. Entonemos un canto a María:

1.- Junto a ti María como un niño quiero estar,
tómame en tus brazos guíame en mi caminar.
Quiero que me eduques, que me enseñes a rezar,
hazme transparente, lléname de paz.
Madre, Madre,
Madre, Madre.
Madre, Madre,
Madre, Madre.
2.- Gracias Madre mía por llevarnos a Jesús,
haznos más humildes tan sencillos como Tú.
Gracias Madre mía por abrir tu corazón,
porque nos congregas y nos das tu amor.
MONITOR: Elevemos libremente nuestras intenciones a Dios. (Cada participante hará una petición voluntaria).
Recemos ahora un Padrenuestro, Ave María y Gloria.
TODOS: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Cuarto Domingo de Adviento
Oración en familia:
Este cuarto domingo de Adviento se enciende la última vela de la Corona de Adviento como símbolo de que el Señor está cerca y viene a traernos la alegría de la paz. Aquí la liturgia para orar junto con María, quien es “Morada de la Luz”.
Se recomienda poner en un lugar especial la corona de Adviento con alguna imagen de la Virgen, crear un ambiente de recogimiento con poca luz, nombrar a un lector especial, así como a un monitor principal, que puede ser el papá o la mamá. Para iniciar la oración, las tres primeras velas deben estar encendidas.
TODOS: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
MONITOR: Alegrémonos porque el Señor está cerca de nosotros y viene a traernos la reconciliación. Encenderemos la cuarta y última vela de nuestra corona. Que este símbolo nos recuerde la proximidad de la venida del Señor Jesús, que viene a traernos alegría y esperanza. Iniciemos la oración de esta semana cantando MORADA DE LA LUZ (u otro canto apropiado).


CELEBREMOS UNIDOS A LA VIRGEN MARÍA,
PORQUE ESTÁBAMOS CIEGOS
Y NOS DIO A LUZ EL DÍA,
PORQUE ESTÁBAMOS TRISTES
Y NOS DIO LA ALEGRÍA.
1. Mujer tan silenciosa y encumbrada,
ahora más que el sol,
recibes en tu vientre al mismo Dios,
al que es tu Creador.
2. Lo que Eva en una tarde misteriosa
buscando nos perdió,
Tú, Madre, lo devuelves florecido
en fruto salvador.
3. Tú que eres bella puerta del Rey sumo,
Morada de la Luz,
la puerta nos abriste de los cielos
al darnos a Jesús.
LECTOR:
Lectura tomada del Evangelio según San Lucas 1, 39-49:
En aquellos días, María partió y fue sin demora a un pueblo de la montaña de Judá. Entró en la casa de Zacarías y saludó a Isabel. Apenas esta oyó el saludo de María, el niño saltó de alegría en su seno, e Isabel, llena del Espíritu Santo, exclamó: «¡Tú eres bendita entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga a visitarme? Apenas oí tu saludo, el niño saltó de alegría en mi seno. Feliz de ti por haber creído que se cumplirá lo que te fue anunciado de parte del Señor».
María dijo entonces: «Mi alma canta la grandeza del Señor, y mi espíritu se estremece de gozo en Dios, mi salvador, porque el miró con bondad la pequeñez de tu servidora. En adelante todas las generaciones me llamarán feliz, porque el Todopoderoso he hecho en mí grandes cosas: ¡su Nombre es santo!»

MONITOR:
La presencia del Señor Jesús entre nosotros nos llena de gozo y alegría. Es la Madre quien nos lo hace cercano, quien permite que esa Luz llegue a nosotros e ilumine nuestra vida. En compañía de Santa María encendamos la última vela de nuestra corona de Adviento mientras cantamos.
(Una persona enciende la cuarta vela mientras se entona el canto que se propone a continuación o uno apropiado).

Hoy se enciende una llama en la corona de Adviento
que arda nuestra esperanza en el corazón despierto
y al calor de la Madre caminemos este tiempo.
1.- Un primer lucero se enciende anunciando al Rey que viene
preparad corazones allánense los senderos.
Hoy se enciende una llama en la corona de Adviento
que arda nuestra esperanza en el corazón despierto
y al calor de la Madre caminemos este tiempo.
2.- Crecen nuestros anhelos al ver la segunda llama nacer
como dulce rocío vendrá el Mesías hecho Niño.
Hoy se enciende una llama en la corona de Adviento
que arda nuestra esperanza en el corazón despierto
y al calor de la Madre caminemos este tiempo.
3.- Nuestro gozo hoy quiere cantar por ver tres luceros brillar
con María esperamos al Niño con alegría.
Hoy se enciende una llama en la corona de Adviento
que arda nuestra esperanza en el corazón despierto
y al calor de la Madre caminemos este tiempo.
4.- Huyen las tinieblas al ver cuatro llamas resplandecer
ya la gloria está cerca levanten los corazones.
Hoy se enciende una llama en la corona de Adviento
que arda nuestra esperanza en el corazón despierto
y al calor de la Madre caminemos este tiempo.
(Se pueden hacer alguna peticiones acudiendo a la intercesión de la Virgen María y respondiendo después de cada petición: POR INTERCESIÓN DE TU MADRE, ESCÚCHANOS SEÑOR.)
MONITOR: Oremos.
Padre misericordioso, que quisiste que tu Hijo se encarnara en el seno de Santa María Virgen, escucha nuestra súplicas y concédenos tu gracia para que sepamos acoger al Señor Jesús, tu Hijo, que contigo vive y reina en unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

TODOS: Amén.
TODOS: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.